Espejo-Blog

En ésta tierra sin ríos ni montañas uno tiene que ser eso también. La naturaleza sabe exigir lo que uno ama, lo que uno ve, lo que se sueña. Los Cenotes han despertado porque la tierra de arriba, la de los hombres se ha dormido.

Cuando nos hartamos uno de la otra, escribo para no perderte, perderme en otro sentir, pero cuando te hartas de todo, no sé dónde detenerme a meditar, sentir, morir y escribir. Ojalá algún día tenga una foto de ti caminando por toda la casa sin ropa interior con esa camisa blanca, en esa mañana tan soleada, dejando ver tus bien formadas y coloreadas caderas. Lo digo cada vez que puedo, tienes las piernas más lindas que he visto, largas, fuertes, morenas y de textura veraniega. Éste recuerdo atravesará miles de inviernos arrepentidos y miles de personas cautivadas. Te pienso Paola, te pierno también.

Somos los comodines de esos sentimientos incompletos, de inviernos arrepentidos y tal vez de besos olvidados. Nos queremos pero es imposible que nos amemos. Salimos a correr, nos miramos, jugamos, sudamos, nos besamos pero no queremos comprendernos el futuro de las pestañas. Las caricias llegan se van, regresan y se vuelven comunes, necesarias por la noche, olvidadas por la tarde y ajenas de día. Es un placer tenerte entre mis brazos por tu voluntad y decirme a mí mismo que eres muy hermosa y que estoy enamorado, ojalá algún día me pase de nuevo... por centésima vez, por enésima ocasión, siempre contigo. Mis reclamos son infantiles y los evades tan rápido que pierden importa incluso dentro de mí, la Garza dentro de mi pecho es motivo de orgullo y de cierto dolor fantasma, cuando la menciono siempre respondes con -        Yo no te pedí que te la tatuaras. De hecho lo hubiera tratado de evitar si hubiera sabido lo que ibas a hacer. Que bueno que no nos deseamos de día y que somos