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Primer desamor físico que tengo. Extrañaré romir a tu lado, comer a tu lado, ver películas contigo. Extrañaré estar enamorado de ti.
Aproveche esta lejanía sentimental para buscarte, para recordar porque decidí cambiar el rumbo de mi vida, la simple, la que tu buscaste a oscuras en el cine, la que tu encontraste linda, pero no suficientemente vieja; esa vida, mi confusa vida, para recordar porque voltee a otro lugar… solo pensando en ti. Te busqué y también te encontré aquí en mi pecho.
Mi cuerpo no está biológicamente sano, así me gusta llamarle a las consecuencias de una tristeza con nostalgia de amor prohibido (como lo son los atractivos para mi vida), el día me quiere obligar a dormir todo el tiempo a todas horas porque tal vez así mi corazón aproveche la distracción y tome ventaja para sentir lo que está pasando, ¿por qué no puedo dormir contigo?, no para dormir, no para romir, sino para abrazarte una vez más, después de la última que fue hace semanas, para besarte la espalda otra vez y quien me responda sea tu sueño, tu silencio cubierto de rosas secas. Porque hace más de un año que no descansaba que no dormía, que no sentía una cama en realidad, que incluso me hizo olvidar quién soy y como soñar y que además gracias a tu florero de indecisiones, que tanto me gusta, también pude darme uno de esos lujos que la gente presume con la parte baja de los ojos, con la juventud y a veces manteniendo relaciones estables: un descanso. Porque dormir es el azul de los sueños y ahora tu lo estabas perdiendo por mi edad, por mi descanso… el simple, el real, el que tu buscaste por la noche un fin de semana y después entre semana también.
Te vuelvo a agradecer por permitirme olvidar que es estar en guardia, encerrado, atento a la vida que me tocó, pendiente de aquellos seres… porque siento en lo más profundo que por ti pude soñar, soñar de nuevo, soñar que quiero ser cuando sea grande, como será la mujer ideal de la que me enamoré una y otra vez para siempre, como será cuando viajemos, cuando vivamos juntos, cuando sueñe a su lado y le diga que ya había visto ésto alguna vez y que también había escrito sobre mi piel   …decirle que ya la conocía y que sólo esperaba paciente a que se posara en mi pecho otra vez.
Porque ahora que tu perdiste tu espacio para dormir me doy cuenta que ya no quiero una mano que sujetar al cruzar la calle, el país o el mar, sino una espalda que abrazar, un cabello que aspirar, una piel que besar antes de comenzar a soñar en realidad.
Todo para la mujer de mis sueños:
(Ana)
(Paola)
(Garza)
Pola.

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